Colombia: un país abatido por los desastres. Editorial RAC 447

Armero 1985 - Redes Colombia

Apreciados amigos de la astronomía:

 

Colombia: un país abatido por los desastres. Si bien los desastres suelen clasificarse por su origen en naturales y antrópicos, sus consecuencias reflejan la combinación de factores que evidencian la interacción del ser humano con la naturaleza, modificándola en sus ciclos y sistemas. Las cifras del año 2007 para la Cruz Roja, indican 401 municipios afectados en 29 departamentos del país: 831 mil damnificados, 34 muertos, 134 heridos y 17 desaparecidos. Además daños a 23 mil viviendas e incalculables pérdidas económicas en cultivos y animales.

 

Hace poco conmemoramos los 20 años del desastre de Armero y Chinchiná, en el que 25.000 personas perdieron la vida a causa de flujos de lodo volcánico asociados a la erupción del Ruiz ocurrida la noche del 13 de noviembre de 1985. Igualmente en Medellín se hizo lo propio con actividades de real importancia, a raíz de la tragedia del 27 de septiembre de 1987 cuando un deslizamiento en la ladera del Pan de Azúcar, alcanzó a Villatina sepultando más de 400 personas; entre tanto, se recuerda que el funesto 7 de agosto de 1956 se perdieron 2700 vidas (cifra conservadora), por la explosión de 40 toneladas de dinamita gelatinosa cargada en camiones militares, las que arrasaron varias manzanas de Cali.

 

Si las amenazas naturales son todas aquellas que tienen que ver con la dinámica de la tierra, las amenazas antrópicas, son las que se atribuyen a la autoría directa del hombre o de los productos de su accionar sobre la naturaleza. A pesar del evento de Cali de 1956 que entra en la categoría de las amenazas antrópicas de naturaleza tecnológica, Colombia también sufre las consecuencias de amenazas antrópicas de naturaleza social, política o económica: desplazamientos, etc.

 

Pero hay algo que se puede hacer en lo que nos concierne a quienes aplicamos a las ciencias físicas y naturales, en relación con las amenazas naturales: los recursos científicos y tecnológicos actuales facilitan el conocimiento, la modelación, el análisis y la evaluación de las amenazas, lo que facilita las medidas de planeación para la gestión y construcción de un medio ambiente sostenible, en respuesta a una demanda social creciente. El déficit de esta información se ha planteado en los aspectos cuantitativos relacionados con el período y extensión de las amenazas, sin lo cual no es posible avanzar en la planificación con criterios de sostenibilidad en el largo plazo.

 

Desde el OAM, Gonzalo Duque-Escobar

http://oam.manizales.unal.edu.co/

Imagen: Armero 1985. Fuente, Redes Colombia

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